Creencia en un solo Dios
Se cree en un dios panteísta. La
primera frase de todas las escrituras sijes son dos palabras, que
reflejan la base de las enseñanzas: «Ik Onkar» (‘[hay] un solo
dios’), en idioma panyabí, aunque tiene su origen en el
término sánscrito «eka omkara» (‘un solo sonido om’),
siendo
eka: ‘uno’ (número);
om, un mantra que representa
al Brahman (el dios no-persona del hinduismo); y
kara: ‘letra’.
Ver a Dios en cada uno; entender y
practicar la igualdad entre todas las razas independientemente de la
casta, la religión, el color de piel, el estatus, la edad, el
género, etc;
Recordar a Dios todo el tiempo, siempre
practicar el simran (‘remembranza de Dios’), el ser
primordial, virtuoso, misericordioso, generoso, valiente y creador de
todo, estar siempre al tanto de su persona, y actuar en consecuencia.
Valorar y respetar los ideales
positivos, como la verdad, la compasión, la alegría, la humildad,
el amor, etc. (que son reflejos de las características de Dios).
La supresión de los males internos
como la lujuria, la ira, la codicia, el apego material, el egoísmo,
etc. (que son reflejos de las características del Antidiós).
El varón debe llevar una vida
productiva, honesta y pacífica como cabeza de familia; trabajar
diligentemente mientras mantiene la imagen de Dios dentro de sí.
Practicar o participar en el servicio
desinteresado (sewa), ayudar a construir una vida comunitaria de
amor, y contribuir con la sociedad siempre como sea posible.
Estar preparado para proteger y
representar los derechos de los débiles para luchar por la justicia
y la equidad para todos.
Siempre aceptar la voluntad de
Dios (hukam), y centrarse y mantener un espíritu positivo y
optimista (chardikala), etc.
ੳ (onkar):
representa a Dios o el poder trascendental. Se trata de la
letra ura ―la primera letra del alfabeto gurmují―
pero con una cola extendida. Se pronuncia /onkar/, y representa todo
el poder del universo, controlado por Dios.
Según Bhai Gurdas: «Al escribir
“uno” (ik, ੧) al principio, se
ha demostrado que Dios ―quien subsume a todas las formas en él―,
es uno». En esto se diferencia de la Santísima Trinidad (un
solo dios en tres personas divinas, del cristianismo) o
del Trimurti (los tres dioses principales del hinduismo).
Las enseñanzas de los Diez Gurús
sijes
Las enseñanzas de los Diez Gurús
sijes (así como también la de otros sabios hindúes y musulmanes)
están contenidas en el Gurú-granth-sahib. Estas enseñanzas
propagan los siguientes valores:
- Ver a Dios en cada uno; entender y practicar la igualdad entre todas las razas independientemente de la casta, la religión, el color de piel, el estatus, la edad, el género, etc;
- Recordar a Dios todo el tiempo, siempre practicar el simran (‘remembranza de Dios’), el ser primordial, virtuoso, misericordioso, generoso, valiente y creador de todo, estar siempre al tanto de su persona, y actuar en consecuencia.
- Valorar y respetar los ideales positivos, como la verdad, la compasión, la alegría, la humildad, el amor, etc. (que son reflejos de las características de Dios).
- La supresión de los males internos como la lujuria, la ira, la codicia, el apego material, el egoísmo, etc. (que son reflejos de las características del Antidiós).
- El varón debe llevar una vida productiva, honesta y pacífica como cabeza de familia; trabajar diligentemente mientras mantiene la imagen de Dios dentro de sí.
- Practicar o participar en el servicio desinteresado (sewa), ayudar a construir una vida comunitaria de amor, y contribuir con la sociedad siempre como sea posible.
- Estar preparado para proteger y representar los derechos de los débiles para luchar por la justicia y la equidad para todos.
- Siempre aceptar la voluntad de Dios (hukam), y centrarse y mantener un espíritu positivo y optimista (chardikala), etc.
Gurú Nanak
Gurú Nanak (1469-1538) el
fundador del sijismo, nació en el seno de una familia hinduista en
la villa de Talwandi, ahora llamadoNankana Sahib, cerca de Lahore en
el noroeste de la antigua India (hoy en día se encuentra dentro de
las fronteras de Pakistán). Su padre, Mehta Kalu, fue un
patwari (contador de los ingresos de las tierras del gobierno). La
madre del gurú fue Mata Tripta, y también tuvo una hermana mayor
llamada Bibi Nanki. Según Gurú Nanak, su hermana Bibi Nanki vio en
él la luz de Dios pero nunca reveló el secreto a nadie. Ella es
conocida como la primera discípula del Gurú Nanak. Desde pequeño,
Gurú Nanak se vio fascinado por la religión, y abandonó su casa.
Anduvo por toda la India a la manera de los santos peregrinos
hinduistas. Fue en ese periodo que Gurú Nanak conoció
a Kabir (1441-1518), un santo reverenciado por muchos
hindúes y musulmanes.
Tras cuatro largos viajes en
direcciones opuestas ―a Tíbet, Sri Lanka, Bengala, La
Meca y Bagdad―, Gurú Nanak predicó a hindúes y
musulmanes, captando así a un grupo numeroso de discípulos (sijes).
Estos 4 viajes se denominan udasis.
Según sus enseñanzas, la religión
debería ser un medio de unión entre los seres humanos, pero, en la
práctica, esta parecía enfrentar a las personas. En este sentido,
lamentaba de forma especial el enfrentamiento entre hindúes y
musulmanes, así como las prácticas de carácter ritual que
apartaban al ser humano de la búsqueda de Dios. Su intención era
llegar a una realidad más allá de las diferencias superficiales
entre las dos religiones. De ahí su primera y famosa enseñanza «na
ko hindú, na ko musalmán» (‘no hay hinduistas, no hay
musulmanes’).
La posición doctrinal de Gurú Nanak
se apoya en un hecho básico: la autoridad del Dios único, el
Creador. Gurú Nanak llamó a Dios el «Nombre Verdadero» porque
quería evitar el uso de un nombre concreto. Gurú Nanak enseñó que
el Nombre Verdadero, aunque pueda recibir numerosos nombres en
diferentes lugares es, esencialmente, el Dios único, soberano y
omnipotente.
Gurú Nanak se opuso al sistema de
castas, pero conservó el concepto hindú de maya (‘ilusión’).
El mundo se nos manifiesta como si fuera real, pero la auténtica
realidad es solo la de Dios. El mundo material es una ilusión que
impide a muchos seres humanos, abandonados a los placeres materiales,
ver la realidad auténtica y única de Dios. La fe sij conserva la
creencia hindú en lareencarnación, pero considera que el ser humano
puede liberarse del ciclo de reencarnaciones mediante la virtud, que
le permite alcanzar la morada del amor de Dios. En cambio los hindúes
creen que la virtud solo produce una reencarnación en mejores
condiciones de vida.
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